Centro Especializado en Tratamiento a Personas con Consumo Problemático de Alcohol y otras drogas
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CENTRO ESPECIALIZADO EN TRATAMIENTO A PERSONAS CON ADICCIONES
Siempre hay esperanza y siempre hay alternativas. Permite que RENACER te ayude a mejorar con algunos de los programas de terapia y tratamiento más efectivos en ECUADOR. No estás solo. Hemos ayudado a cientos de personas como tú a comenzar de nuevo y a reparar sus vidas personales.
¿QUÉ ES LA ADICCIÓN A SUSTANCIAS?
¿no es un vicio?, ¿no es una depravación?, ¿no es un problema de índole moral? Pues no.
Concretamente la adicción es una enfermedad en la que se pierde la capacidad para controlar el impulso de consumir alcohol u otras drogas. Las personas que son adictas son incapaces de poner freno, de dejar de consumir estas sustancias, ni siquiera cuando ya se enfrentan a un grave problema de salud, o a las repercusiones perjudiciales a nivel psicológico, familiar, social o laboral que la dependencia conlleva. Cuanto más tiempo transcurre más difícil es de tratar. Por eso, cuanto antes intentemos poner remedio mejores resultados obtendremos. Muchas personas con esta enfermedad niegan ser adictos, y con frecuencia minimizan su problema alegando que pueden dejarlo cuando quieran o que sus amigos tambien consumen.
Para que alguien se convierta en adicto se necesita tiempo. La droga afecta directamente al cerebro y lo va dañando haciendo que respondamos de esa manera al efecto de la misma. Una de las grandes dificultades a la hora de plantear un proceso de desintoxicación es el perverso mecanismo de adicción, no sólo psicológico sino también físico, que generan estas sustancias.
Llamamos “craving” al deseo intenso, al ansia, de consumir drogas. Estos poderosos deseos forman parte de la condición humana, porque nuestros cerebros están diseñados para apreciar y perseguir las recompensas naturales, como puedan ser la comida o el sexo. Las drogas consumidas por las personas adictas activan los mismos circuitos neuronales que motivan las conductas placenteras. Los “cravings” por alcohol u otras drogas pueden ser incluso más fuertes que aquellos dirigidos al alimento o al sexo. Y así, en el día a día con frecuencia observamos por ejemplo un descuido en la alimentación secundario al abuso de alcohol. Llega un momento en que se necesita más dosis de la droga para conseguir el mismo efecto (tolerancia) y cuando se deja de consumir y le falta al cuerpo, éste responde con un síndrome de abstinencia. Muchas veces la persona bebe o toma la droga ya de mañana para evitar la aparición de los síntomas de abstinencia, fundamentalmente malestar general y temblores. Cuando aparece el síndrome de abstinencia debe tratarse de forma conveniente, porque aparte de que la persona lo pasa muy mal, en ocasiones, pueden aparecer síntomas de gravedad suficiente como para requerir por sí mismo atención médica.
Lo síntomas físicos del síndrome de abstinencia pueden variar de acuerdo con la sustancia consumida y la gravedad del mismo. Puede complicarse con convulsiones y con la presencia de delirium tremens. Éste es un trastorno tóxico-metabólico que pudiera considerarse el grado máximo de síndrome de abstinencia y es una urgencia vital, ya que pone en peligro la vida. Comienza, por lo general, con ansiedad, insomnio, temblores y pupilas dilatadas. Puede no tolerarse la alimentación, apareciendo náuseas, vómitos o diarrea. Posteriormente aparece una obnubilación de la conciencia, con un estado confusional y desorientación, alucinaciones, ideas delirantes, agitación psicomotriz, inversión del ciclo sueño-vigilia, sudoración profusa y temblores generalizados. Esta situación de urgencia debe ser tratada por profesionales médicos competentes en la materia y dada su gravedad, hospitalizados. Existe unanimidad científica en que el consumo de drogas daña conexiones neuronales y el funcionamiento del cerebro. De hecho, el consumo de alcohol puede conducir a trastornos neurológicos severos tales como la encefalopatía de Wernicke y el síndrome de Korsakoff. La primera, por fortuna, tiene tratamiento farmacológico en fases iniciales, el segundo, ya no.
¿QUÉ ES LA ADICCIÓN A SUSTANCIAS?
¿no es un vicio?, ¿no es una depravación?, ¿no es un problema de índole moral? Pues no.
Concretamente la adicción es una enfermedad en la que se pierde la capacidad para controlar el impulso de consumir alcohol u otras drogas. Las personas que son adictas son incapaces de poner freno, de dejar de consumir estas sustancias, ni siquiera cuando ya se enfrentan a un grave problema de salud, o a las repercusiones perjudiciales a nivel psicológico, familiar, social o laboral que la dependencia conlleva. Cuanto más tiempo transcurre más difícil es de tratar. Por eso, cuanto antes intentemos poner remedio mejores resultados obtendremos. Muchas personas con esta enfermedad niegan ser adictos, y con frecuencia minimizan su problema alegando que pueden dejarlo cuando quieran o que sus amigos tambien consumen.
Para que alguien se convierta en adicto se necesita tiempo. La droga afecta directamente al cerebro y lo va dañando haciendo que respondamos de esa manera al efecto de la misma. Una de las grandes dificultades a la hora de plantear un proceso de desintoxicación es el perverso mecanismo de adicción, no sólo psicológico sino también físico, que generan estas sustancias.
Llamamos “craving” al deseo intenso, al ansia, de consumir drogas. Estos poderosos deseos forman parte de la condición humana, porque nuestros cerebros están diseñados para apreciar y perseguir las recompensas naturales, como puedan ser la comida o el sexo. Las drogas consumidas por las personas adictas activan los mismos circuitos neuronales que motivan las conductas placenteras. Los “cravings” por alcohol u otras drogas pueden ser incluso más fuertes que aquellos dirigidos al alimento o al sexo. Y así, en el día a día con frecuencia observamos por ejemplo un descuido en la alimentación secundario al abuso de alcohol. Llega un momento en que se necesita más dosis de la droga para conseguir el mismo efecto (tolerancia) y cuando se deja de consumir y le falta al cuerpo, éste responde con un síndrome de abstinencia. Muchas veces la persona bebe o toma la droga ya de mañana para evitar la aparición de los síntomas de abstinencia, fundamentalmente malestar general y temblores. Cuando aparece el síndrome de abstinencia debe tratarse de forma conveniente, porque aparte de que la persona lo pasa muy mal, en ocasiones, pueden aparecer síntomas de gravedad suficiente como para requerir por sí mismo atención médica.
Lo síntomas físicos del síndrome de abstinencia pueden variar de acuerdo con la sustancia consumida y la gravedad del mismo. Puede complicarse con convulsiones y con la presencia de delirium tremens. Éste es un trastorno tóxico-metabólico que pudiera considerarse el grado máximo de síndrome de abstinencia y es una urgencia vital, ya que pone en peligro la vida. Comienza, por lo general, con ansiedad, insomnio, temblores y pupilas dilatadas. Puede no tolerarse la alimentación, apareciendo náuseas, vómitos o diarrea. Posteriormente aparece una obnubilación de la conciencia, con un estado confusional y desorientación, alucinaciones, ideas delirantes, agitación psicomotriz, inversión del ciclo sueño-vigilia, sudoración profusa y temblores generalizados. Esta situación de urgencia debe ser tratada por profesionales médicos competentes en la materia y dada su gravedad, hospitalizados. Existe unanimidad científica en que el consumo de drogas daña conexiones neuronales y el funcionamiento del cerebro. De hecho, el consumo de alcohol puede conducir a trastornos neurológicos severos tales como la encefalopatía de Wernicke y el síndrome de Korsakoff. La primera, por fortuna, tiene tratamiento farmacológico en fases iniciales, el segundo, ya no.
Alcoholismo y drogadicción
El alcohol y las drogas son estimulantes tóxicos que al consumirlo en exceso y durante tiempo perjudica el funcionamiento de nuestro organismo provocando daños en el sistema nervioso central y periférico, en el aparato cardiovascular, digestivo, en el hígado (cirrosis,…), entre otros.
A la larga, el abuso de alcohol y las drogas deteriora las relaciones interpersonales, el entorno familiar, el rendimiento académico-laboral, con las desastrosas repercusiones a todos los niveles de la vida del sujeto.
El proceso de rehabilitación comienza por aceptar que se tiene un problema, apreciar las consecuencias nefastas que produce, para iniciar la desintoxicación y la deshabituación.
su vida, ya sea en su salud, en su equilibrio psicológico, en su trabajo, en su vida familiar, en su imagen social, etc. Es como si se perdiera progresivamente el control de la propia conducta y, en definitiva, de la vida.
CODEPENDENCIA
La familia como sistema recibe de manera frontal el impacto de una adicción, de modo que no existe familia que no se afecte y muestre síntomas de disfunción, cuando uno de sus miembros se enferma de adicción.
Paradójicamente además, la familia afectada por la adicción, termina produciendo un sistema de conductas que apoyan al desarrollo de la adicción. A esto le llamamos codependencia.
Recuperación de la Codependencia
Así como la adicción es una enfermedad tratable, la codependencia también lo és. El tratamiento de la codependencia puede consistir en una mezcla de psicoterapia y asistencia a grupos de autoayuda, hasta sesiones estructuradas de terapia familiar. Muchas veces la recuperación de una familia afectada por la adicción, comienza con la recuperación de los codependientes, sin embargo es necesario que el codependiente ponga el foco en su propia recuperación y cuidado personal, para que esto ocurra.
El grupo de autoayuda para familiares de adictos son los días jueves de 7:00 PM a 9:00 PM es de gran utilidad en el proceso de recuperación familiar y de la codependencia.
La codependencia es el resultado del impacto de la adicción en la familia. Esta codependencia se manifiesta a través de patrones de conducta y relación que son disfuncionales y que facilitan el desarrollo de la adicción. La codependencia es tratable y la recuperación es posible.
Grupos de rehabilitación
El éxito del tratamiento de la adicción requiere del apoyo de toda una comunidad. En CETAD RENACER entendemos el sufrimiento y el dolor que causa la adicción, así como la fortaleza que puede brindarnos el tratamiento correcto. Aprovecha este servicio para avanzar en tu proceso de recuperación y contáctanos para obtener más información.
¿A quién va dirigido?
El programa terapéutico de adicciones de CETAD RENACER está planteado de acuerdo al perfil del paciente. En función de las características particulares de la persona, el sexo, la edad, el consumo y los hábitos, el paciente requiere un tipo de intervención diferente respecto de los enfoques preventivos y terapéuticos tradicionales.
El servicio está orientado a:
Personas con adicciones a sustancias como alcohol, tabaco, cannabis, cocaína, tranquilizantes, somníferos, estimulantes, etc.
Personas que sufren algún tipo de adicción al juego, a las relaciones afectivas, a las nuevas tecnologías, etc.
Personas con trastornos de la conducta alimentaria con un enfoque adictivo.
Parejas o familiares de personas con las patologías previamente descritas.